Es tal la magnitud
del amor que resume la ley y los profetas y por ello es esencia de vida, de fe
y de esperanza. Mateo 22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con toda tu mente.22:38 Este es el primero y grande mandamiento. 22:39 Y el
segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Y algo muy importante en el cristianismo; el amor no es una alternativa, no es
una opción, es la única realidad y un mandato claro e imperativo del Señor.
Juan 15:17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
En este mandato se resume la expresión viva y eficaz de la fraternidad humana y
del amor divino, del respeto por el otro, del quehacer de todo bien y del
rechazo de todo acto inmoral y antisocial que genere ruptura en la relación con
Dios y los demás.
Romanos 13:8 No
debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo,
ha cumplido la ley.13:9 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no
dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta
sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 13:10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el
amor.
Y algo muy importante; es que el amor da al cristiano, identidad, lo hace único
y diferente ante los demás seres humanos que existen en el mundo. Porque ese
amor del que venimos hablando es la prueba veraz de nuestra relación y comunión
con el Dios de la vida. Juan 13:35 En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
El amor se convierte así en un sello de nuestra fe en Cristo, lo que creemos de
Cristo y lo que le creamos a Él, solo puede ser manifestado en el amor, un amor
al Dios vivo, reverenciado en el amor a nuestros hermanos. 1 Juan 4:20 Si
alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que
no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha
visto?
Por ello el amor fluye desde la practicidad de la vida, desde la vivencia
fraternal de la cotidianidad, y se levanta como estandarte no en palabras, sino
en hechos verdaderos, en frutos de amistad y compañerismo, de hermandad, de
solidaridad, de aprecio por el otro, de valorar a los demás como promesas de
Dios y esperanza del nuevo reino, que se edifica en la justicia y la verdad. 1
Juan 3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en
verdad.
Y finalmente, recordar que de esto, nos dio ejemplo el Señor, El es modelo e
inspiración para quienes le buscamos y le amamos, porque El, vivió y murió por
nosotros en un gesto de amor indeclinable, perenne y eterno. Juan 3:16 Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Que el Espíritu Santo de Dios, obre en nuestras vidas, y su palabra permee
nuestra mente y corazón para que seamos testigos de su amor.
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