Las cosas no siempre son como parecen a primera vista. Por tomar decisiones equivocadas, muchos aún vivimos con las consecuencias de nuestra ligeresa en toma de deciciones y por evacuar de nuestro proceso al que solo tiene pensamientos de bien y no de mal para nosotros. Aprendamos de los errores de Abraham, cuyas consecuencias persisten hasta hoy.
Dios debe ser el centro de nuestra toma de deciciones. Si buscamos su rostro en momentos de crisis, el consolador, el Espíritu Santo, nos guiará a toda verdad y a toda justicia.
0 commentaires:
Publicar un comentario