01 diciembre 2010

Epístolas Paulinas - Parte 5

1ª Timoteo
Instrucción ministerial explicita - Manual del Pastor

Si bien Segunda de Timoteo representa la última palabra que tenemos escrita por el Apóstol Pablo, Primera de Timoteo fue escrita unos años antes, probablemente inmediatamente después de que el apóstol fuese encarcelado por primera vez en Roma. Cuando fue puesto en libertad, le dirigió esta epístola al joven al que había ganado para Cristo unos años antes mientras estaba predicando en Listra, ciudad natal de Timoteo. Es muy posible que Timoteo no tuviese entonces más de dieciséis años y acompañó a Pablo en su segundo viaje, siendo un fiel ministro e hijo en la fe del apóstol durante el resto de su vida.

Esta es una de las tres "epístolas pastorales del Nuevo Testamento, epístolas que fueron escritas desde el punto de vista de un pastor. Primera y Segunda de Timoteo son dos de ellas y Tito es la tercera. En estas epístolas, encontramos palabras muy íntimas del apóstol, dirigidas a estos jóvenes que le acompañaban con frecuencia en sus viajes. He pensado en muchas ocasiones y he tenido la sospecha de que algunos de los jóvenes que estuvieron con Pablo fueron con anterioridad miembros de la guardia real del Emperador Nerón. En la carta a los Filipenses, Pablo nos dice que el evangelio estaba llegando a la guardia de palacio y que muchos estaban siendo traídos a Cristo.

Pero esta epístola en concreto fue dirigida a Timoteo, que para entonces había servido como hijo en el evangelio, juntamente con el apóstol, durante varios años. Posiblemente tuviese cerca de treinta años o unos pocos más y el apóstol le había enviado a Efeso, ese gran centro comercial y lugar de recreo en las orillas del Mediterráneo en Asia Menor.

Ambas epístolas a Timoteo reflejan algo más que la simple relación paterno filial, aunque hay algunos comentarios íntimos en ellas, pero a pesar de ello, cada una de ellas comienza con estas palabras:
"Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza."
Pablo encuentra necesario, incluso al escribir a su propio hijo en la fe, recordarle que es un apóstol. No me cabe duda alguna de que Timoteo no necesitaba que se le recordase porque conocía perfectamente lo que era Pablo, pero es posible que el apóstol supiese que estas epístolas tendrían un ámbito de lectores más amplio que solo Timoteo. Sus epístolas anteriores habían sido frecuentemente circuladas entre las iglesias.

Es, pues, con la autoridad de un apóstol que Pablo empieza estas dos epístolas, y lo que tiene que decir tiene significado y autoridad en todas las iglesias de la Cristiandad. Al reconocer este hecho, debemos de interpretar estas palabras como palabras que poseen la misma clase de autoridad que tienen para nosotros el resto de sus epístolas.

Los apóstoles eran hombres que tenían un ministerio muy particular y único. De vez en cuando alguien se refiere a Pablo con menosprecio y hasta los cristianos dicen algunas veces: "La verdad es que Pablo escribió algunas cosas que no podemos considerar autoritativas. No era más que un soltero empedernido y lo que dijo acerca de las mujeres no es realmente significativo. Pero esto es realmente negar el oficio apostólico y rechazar la autoridad que el Señor Jesús le había conferido a sus apóstoles. Esta es la señal del apóstol, que recibieron la comisión del mismo Señor y les fue encomendada la labor de hablar con autoridad sobre los diferentes aspectos de la doctrina o la práctica, fuesen los que fuesen.

Esta primera epístola tiene que ver con el ministerio de la iglesia misma, su carácter y su naturaleza, así como su función en el mundo. La segunda epístola gira alrededor del mensaje que tiene que transmitir, el gran tema es el evangelio y la relación de Timoteo con dicho evangelio.

En esta primera epístola se entremezclan dos temas. El primero que examinaremos se encuentra en el capítulo tres, en el que el apóstol dice:
"Te escribo esto esperando ir a verte pronto, para que si me tardo, sepas cómo te conviene conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad." (1 Tim. 3:14, 15)
Ahora bien, cuando habla acerca del comportamiento en la iglesia, se está refiriendo a la iglesia no como un edificio, sino como personas. Una de las grandes debilidades de la actual vida evangélica es que, en gran medida, aún seguimos considerando la iglesia como un edificio, pero la iglesia son las personas, no los edificios. Y la preocupación del apóstol, al escribir al joven Timoteo era que supiese cómo comportarse en el ministerio y en las relaciones del cuerpo de Cristo, la iglesia del Dios vivo.

El segundo tema se encuentra en el primer capítulo, donde se nos dice:
"Pero el propósito del mandamiento es el amor que procede de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida." (1ª Tim. 1:5)
Esto es más personal. Si bien el primer tema tiene que ver con la iglesia y su ministerio, el segundo es acerca de la relación personal con el mundo y con Dios. Como dice el apóstol, debe de ser "el amor que procede de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida.

Ahora bien, en el aspecto de la experiencia en sí, comenzamos con la última de ellas, la fe no fingida. Así es como llegamos a la vida cristiana, creyendo en la palabra de Dios y poniendo en práctica la fe en lo que dice, lo cual hará que tenga usted una buena conciencia, como consecuencia de obedecer a la palabra. Esta es la señal de todo cristiano, el obedecer aquello en lo que creemos.

Al mismo tiempo y como resultado, tendremos un corazón puro, de hecho, un corazón que se ha purificado. Ninguno de nosotros tiene un corazón puro desde el momento en que nacemos, sino que necesitamos ser limpiados y purificados por el lavamiento de la palabra de Dios y la sangre de Cristo que nos limpia, pero si deseamos tener una buena conciencia acerca de nuestra fe, el resultado será un corazón puro y de ese corazón puro fluirá una fuente de amor incesante.

La epístola misma se divide en dos partes principales; el primer capítulo y los cinco últimos. En la primera división, encontramos los antecedentes del encargo que Pablo le hace a su hijo Timoteo. Recuerde usted que Timoteo se encontraba en Efeso, una ciudad dedicada principalmente a la adoración de la diosa pagana Diana (llamada también Artemis), la diosa del amor del mundo griego. Era la labor de Timoteo atender a las necesidades de la iglesia que se oponía a aquella idolatría ciega y a la superstición pagana de aquella ciudad oscurecida e idólatra, una labor realmente formidable.

Por lo que lo primero que enfatiza Pablo es que es preciso que Timoteo se oponga a la falsa enseñanza. Esto indica que para entonces la iglesia había empezado a verse infiltrada por falsos maestros; la iglesia primitiva tenía su parte de herejes, al igual que sucede con la iglesia actual y a Timoteo se le advierte en contra de ellos. Pablo le dice:
"Quédate en Efeso...para que requieras a algunos que no enseñen doctrinas extrañas, ni presten atención a fábulas e interminables genealogías, que sirven más a especulaciones que al plan de Dios, que es por la fe." (1ª Tim. 1:3, 4)
A continuación Pablo dice que una de las cosas que está causando problemas en la iglesia es el hecho de que no ha entendido bien la ley. Había aquellos que intentaban regir la conducta de las personas imponiendo rígidas normas, que tenían que obedecer al pie de la letra, sin la menor comprensión acerca del control de la vida que habitaba en su interior y la gracia del Señor Jesucristo, lo cual era hacer un uso equivocado de la ley.
Nos dice que la ley tiene un propósito muy concreto (y por cierto, este es uno de los mejores pasajes que conozco para contrarrestar la teoría popular, según la cual es perfectamente correcto hacer caso omiso de la ley y oponernos a ciertas normas o negarlas, en el nombre de Dios). Pablo dice que la ley ha sido dada "para los rebeldes y los insubordinados y nos ofrece una lista de ellos: "para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los homosexuales, para los mentirosos, para los perjuros etc. etc. Pero si ha venido usted a Cristo, y siente usted en su corazón el deseo de complacerle, no necesita usted la ley para evitar hacer el mal, ¡el amor lo conseguirá! Solo que no olvide que el amor ha sido interpretado por la ley y solo entendemos lo que es el amor cuando lo vemos descrito según los términos de la ley: no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, estás cosas describen de qué modo actúa el amor.

A continuación, el segundo motivo que tiene Pablo para aconsejar a Timoteo es su propia experiencia de la gracia. Pablo no olvidó nunca que había sido un blasfemo y que había insultado a Cristo, pero Dios le salió al camino, le perdonó, le libró y de vez en cuando Pablo irrumpe en un pasaje lírico, como un torrente de agua que no se puede detener, expresando su amor, su emoción y su gratitud por la obra que ha hecho Dios en su vida.

El resto de la epístola la dedica concretamente al encargo que tiene el apóstol para su joven hijo en la fe, que consiste en cinco elementos. Primero, hay ciertas instrucciones sobre cómo realizar la adoración pública, diferenciando entre las actividades de los hombres y las de las mujeres. Los hombres, dice, deben dirigir en la oración, orando a favor de los reyes y de los que tienen puestos de autoridad, a fin de que podamos vivir en paz y en santidad. Luego habla acerca de las mujeres, y si esto lo leemos de una manera un poco diferente, entenderemos lo que está diciendo el apóstol:
"Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos piadosas, sin ira ni discusión. Asimismo que las mujeres se atavíen [oren] con vestido decoroso, con modestia y prudencia..." (1ª Tim. 2:8, 9)
El pensamiento del apóstol es que las mujeres tienen derecho a participar en el ministerio y orar en público, de la misma manera que los hombres, aunque hay algunos que han interpretado este pasaje equivocadamente, pero sí es cierto que más adelante incluye una restricción:
"La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción; porque no permito a una mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio." (vers. 11, 12)
En la congregación, la idea es que las mujeres no deben de enseñar a los hombres con autoridad. No deben de tener la última palabra en esa iglesia, en lo que se refiere a la doctrina o la enseñanza. El apóstol no lo permitía, y da dos motivos de por qué. Para empezar dice: "Adán fue formado primero, luego Eva y, en segundo lugar, Adán no fue engañado, sino la mujer y al ser engañada, incurrió en transgresión. Es interesante fijarse en que el pecado cometido por Eva fue principalmente el de intentar llegar as una conclusión teológica aparte del consejo de su marido. Pero el apóstol muestra después que las mujeres tienen un ministerio maravilloso, en un versículo que ha sido un tanto confundido en la traducción y que se ha grandemente mal interpretado:
"Sin embargo, se salvará teniendo hijos, si permanece en fe, amor y santidad con prudencia." (vs. 15)
¿Qué es lo que quiere decir esto? ¿Qué las mujeres se salvarán teniendo hijos? Debo confesar que he luchado durante mucho tiempo con este pasaje. Hay tres interpretaciones principales sobre él, y yo he defendido cada una de ellas durante un tiempo u otro, pero ¡ahora opino que todas están equivocadas! Creo sinceramente que tenemos una clave con respecto al significado de este controvertido pasaje en el cuarto capítulo, donde el apóstol le dice al joven Timoteo:
"Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan." (1ª Tim. 4:16)
¿Qué es lo que quiere decir aquí con eso de "salvarse? Timoteo ya era salvo, hacía muchos años que era cristiano y no hay duda de que otras personas no se salvarían por el mero hecho de que Timoteo obedeciese a la verdad. Entonces ¿qué es lo que quiere decir? Tenemos una solución al darnos cuenta de que está usando la palabra "salvación en un sentido diferente al que normalmente la usa, y aparece en varios pasajes de las Escrituras de esta manera. Salvación quiere decir la solución a un problema. La palabra también se usa en este sentido en Filipenses, donde dice "ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, hallad la solución a los problemas con los que os enfrentáis con temor y temblor, porque es Dios el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad. (Fil. 2:12, 13) De modo que el significado de que la mujer "se salve en el sentido de que su deseo de participar en el ministerio, de la resolución de problemas, se realice teniendo hijos si estos hijos continúan en fe, amor y santidad, con modestia.

Ahora el apóstol enumera los requisitos que han de cumplir los dirigentes de iglesia, que pertenecen a dos categorías principales: los obispos (ancianos) y los diáconos. Los diáconos o diaconisas son aquellas personas que realizan una labor especial dentro de la iglesia, como pueda ser el enseñar en la Escuela Dominical. Los que representan a la iglesia en cualquier ministerio, de cara al exterior, también son diáconos. Y comienza por decir tres cosas acerca de los ancianos.

Tienen que ser "intachables a fin de que nadie les censure o les deje a un lado. Pablo mismo habla acerca de la posibilidad de su propia vida al decir: 
"Mas bien pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado. (1ª Cor. 9:27)

Segundo, deben de ser puros, es decir, deben de ser hombres capaces de reconocer la diferencia entre el bien y el mal y que sepan cómo aplicar la palabra, de manera que produzca justicia y Pablo menciona esta cualidad de la pureza con el propósito de evitar el orgullo. El gran riesgo que se corre al usar a una persona que no es madura es que se enorgullezca, cayendo de ese modo en la trampa del demonio porque el orgullo es siempre una trampa. En tercer lugar, estos hombres debían tener una buena reputación, para evitar el escándalo público que haría que todo el ministerio de la iglesia quedase en deshonra.

A los diáconos se les da un trato bastante parecido, pero añade una instrucción principal respecto a ellos, que sean dignos de someterse a prueba, es decir, que se les de un trabajo que hacer como prueba. Si lo hacen bien, entonces se les reconocerá como hombres y mujeres en los que se puede confiar y encomendar responsabilidad en el trabajo de la iglesia.

La importancia de esta recomendación muestra que todo está relacionado con el hecho de que la iglesia está unida al misterio de Cristo, que es la figura más importante de todo el universo y todo está relacionado con él y Pablo usa un himno del primer siglo para explicar lo que quiere decir:
"El fue manifestado en la carne, justificado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo y recibido arriba en gloria." (1ª Tim. 3:16)
Por eso es por lo que es tan importante esta recomendación, ya que es preciso tomarse muy en serio estas palabras puesto que nos unen con Aquel que es el centro del universo.

Pablo expone, de modo un tanto apropiado, en el capítulo cuatro, el tema de la apostasía. Quiero aclarar que los apóstatas y los herejes son diferentes. Un hereje es un cristiano, uno que acepta y conoce básicamente al Señor Jesucristo, pero que tiende a estar equivocado en un aspecto muy concreto de la doctrina, pero un apóstata no ha sido nunca un cristiano, aunque diga que lo es. Como nos dice Juan en su primera epístola: 
"Salieron de entre nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. (1ª Juan 2:19)
El Señor Jesús nos ha hablado acerca del sembrador, que salió a sembrar la buena semilla del reino y acerca del enemigo que sembraba cizaña en su camino y Jesús dijo que ambas crecerían juntas hasta el momento de la cosecha, por lo que no nos libraremos nunca de los apóstatas en la iglesia. Las actitudes apóstatas surgen por escuchar a las doctrinas de los demonios, de los espíritus engañosos, no solamente por causa de las ideas retorcidas de los hombres, sino por causa de ideas deliberadamente engañosas, introducidas por los espíritus del mal que intentan que las personas se aparten del camino.

En los próximos versículos Pablo dice que hasta que su apostasía sea realmente muy, muy evidente, Timoteo no debe de excomulgarles. Lo primero que debe hacer es informar a la comunidad acerca de la verdad. En segundo lugar, debe de darles ejemplo mediante su propia vida personal y, en tercer lugar, debe de enseñarles las Escrituras:
"Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, en la exhortación y en la enseñanza. No descuides el don que te ha sido dado por medio de profecía..." (1ª Tim. 4:13-14)
Esa es la garantía contra la apostasía, informar a la congregación acerca de los peligros, dar ejemplo y enseñar las Escrituras.

En el capítulo cinco se exponen ciertos problemas concretos de la iglesia, incluyendo cómo tratar a los más jóvenes y a los más ancianos de la iglesia, aconsejando a las mujeres acerca de diferentes asuntos prácticos. A continuación aborda el problema oficial de cómo resolver los cargos en contra de los ancianos. Y finalmente, menciona ciertos problemas personales con los que el mismo Timoteo se encontraría. El capítulo seis trata el tema de los problemas sociales con una palabra, primeramente, a los oprimidos y degradados: a los esclavos. Este es un pasaje sumamente instructivo, que nos ayudará a responder a algunas preguntas que se nos hacen por todas partes acerca de cómo aconsejar a los que han sido degradados y privados de ciertos derechos humanos. Pablo dirige esto a los esclavos cristianos, recordándoles que el anhelo de adquirir cosas materiales puede convertirse en un auténtico peligro para la vida espiritual.

A continuación, en un pasaje brillante y maravilloso, exhorta a Timoteo a andar honesta y firmemente ante los ojos de Dios hasta el día en que el mismo Señor Jesús le llame al hogar y, finalmente, habiendo empezado con los pobres, concluye dirigiendo una palabra a los ricos, a los cultos, hablándoles acerca de sus responsabilidades cristianas. Son ricos, les dice, porque han sido bendecidos por Dios con el propósito de ayudar a otros, no con el fin de satisfacer sus propios deseos. Pablo les dice que tienen una responsabilidad 
"que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, que sean generosos y dispuestos a compartir, atesorando para sí buen fundamento para el porvenir, para que echen mano [en ese mismo momento] de la vida venidera. (1ª Tim. 6:18, 19)
Al concluir, Pablo le da hace una advertencia a Timoteo acerca de aquellos que depositan su confianza en el conocimiento humano:
"Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas y vanas palabrerías y los argumentos de la falsamente llamada ciencia; la cual profesando algunos, se descarriaron en cuanto a la fe." (1ª Tim. 6:20, 21)
¡Qué epístola tan actual! ¡Habla tan a fondo y se aplica perfectamente a nuestros tiempos como se aplicaba a aquella época! ¡Ojalá que Dios nos conceda que lo entendamos y vivamos conforme a ello!

2ª Timoteo
Instrucción ministerial explicita - Como evitar el colapso

En el año sesenta y ocho del primer siglo, había un anciano que se encontraba en la cárcel de Roma, en una pequeña celda circular de unos pocos metros de diámetro, que estaba escribiéndole una carta a un joven que se hallaba En Efeso, al otro lado del Mar Egeo y del Adriático, y el tema de la epístola era cómo mantenerse fuerte en medio de una civilización que se estaba desmoronando. Ese es el tema de la Segunda Epístola de Pablo a su hijo en la fe, Timoteo y ese tema suena bastante apropiado para esta hora del siglo XX ¿no es cierto?

Al escribir Pablo a este joven hijo suyo en la fe, que tenía una constitución débil (para ser exacto, un estómago débil) y un espíritu temeroso, con una manera un tanto tímida de enfocar la vida y que vivía en medio de una intensa persecución y desafíos que se encontraban muy por encima de su poder natural como para que supiese cómo enfrentarse con ellos, Pablo es consciente de que no tardará en partir para estar con el Señor y que lo que está haciendo es pasarle la antorcha a este joven. Esta palabra, de puño y letra del apóstol Pablo, es la última que tenemos de él en aquella época y viene a ser, por así decirlo, el canto del cisne, sus últimas palabras de exhortación, pero además resultan especialmente apropiadas para esta hora en la que nos ha tocado vivir. La clave de esta epístola la encontramos casualmente en el primer versículo:
"Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús..." (2ª Tim. 1:1)
¿Se le ha ocurrido a usted pensar alguna vez en el evangelio o el Cristianismo de ese modo, como "la promesa de la vida que es en Cristo Jesús? No me refiero tanto a la vida venidera, sino a la vida actual. Hay un consenso general respecto al hecho de que el problema principal con el que se las tienen que ver tanto los mayores como los jóvenes es cómo enfrentarse a la vida y uno de los grandes obstáculos en cuanto a llegar a una opinión satisfactoria de la vida es que el Cristianismo se considera, de algún modo, como una especie de desvío, como si el ser cristiano fuese algo que nos obligase a renunciar a la mayoría de las cosas emocionantes de la vida, pero el Cristianismo no es ni mucho menos un desvío que dejase a un lado esta vida. Es precisamente como una gran autopista que cruzase por el centro de la vida, es la clave de la vida, es la realización del anhelo y de los deseos de los corazones humanos y, por ello, en esta segunda epístola a Timoteo, el apóstol nos está ofreciendo esta clave de la vida.

Hay cuatro cosas que desea decirle a este joven, todas ellas importantes para él, pero también para nosotros. Las expresa como encargos o exhortaciones a su hijo en la fe. La primera de ellas es "guarda la verdad, la segunda es "se fuerte en el Señor, tercera "evita las trampas y peligros ocultos que hay en el camino y, en cuarto lugar, "predica la palabra. Si yo tuviese que escribirle hoy a un joven, estoy seguro de que no podría encontrar nada mejor que comunicarle que esas cuatro exhortaciones.

Lo primero que enfatiza el apóstol en esta epístola es, guarda la verdad. Dios le ha encomendado a Timoteo un depósito de la verdad, que es su responsabilidad y Pablo sugiere ciertas maneras de cumplir con esta comisión. Reconocemos que va dirigida a un joven que es pastor, el pastor de una gran iglesia en Efeso. Timoteo tenía la responsabilidad de apuntalar las defensas de esta iglesia, que se estaban viniendo abajo por causa de la presión de una sociedad secular y una actitud pagana, pero es una palabra de consejo que necesita todo cristiano sin excepción, porque a todo cristiano le ha sido encomendado el depósito de la verdad, la revelación fundamental de las Escrituras con respecto a la naturaleza de la realidad: cómo es el mundo, cómo es Dios, cómo es la gente y cómo somos nosotros. ¿Qué es lo que hace que el mundo funcione como lo hace? ¿Por qué se viene siempre todo abajo? ¿Por qué da la impresión de que nada bueno prospera y todo lo malo parece reinar de manera indisputable? La explicación es el depósito de la verdad que nos ha sido dada por medio de Jesucristo y eso es lo que tenemos que guardar.

Aquí el apóstol sugiere tres maneras concretas para conseguirlo, Primero, poniendo en práctica el don espiritual que Dios le ha dado a cada persona.
"Por esta razón, te vuelvo a recordar que avives el don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." (2ª Tim. 1:6-7)
Si quiere usted una interpretación más exacta de este versículo, digámoslo de esta manera:
No es Dios quien nos da un espíritu de timidez, sino que nos da un espíritu de poder, de amor y una mente sensata.
Alguien me pregunta: ¿qué va a pasar con nuestras relaciones con los rusos, con los chinos comunistas? ¿Qué va a suceder en Oriente Medio? ¿Qué pasará en las elecciones? No sé lo que va a pasar en las elecciones ni si habrá elecciones este año. No tengo ni idea, nadie lo sabe, pero sí sé esto, que no es Dios el que nos da un espíritu de timidez. Si nos sentimos ansiosos, preocupados, no es algo que procede de Dios. El espíritu de Dios es un espíritu de poder, de amor y una mente estable: un espíritu de poder a fin de poder hacer, un espíritu de amor a fin de reaccionar emocionalmente como debemos y una mente firme para que seamos conscientes y actuemos con inteligencia, sabiendo lo que nos disponemos a hacer. Y la manera de descubrirlo es poniendo en práctica el don espiritual que Dios le ha dado a usted.

Si es usted cristiano, hay algo que usted puede hacer por Dios. Usted posee alguna habilidad que le ha sido concedida por el Espíritu Santo, que habita en su interior, y si no la está usted poniendo en práctica, está usted derrochando su vida. Poco importa lo que esté haciendo usted, lo cierto es que no está usted edificando sobre la práctica de ese don espiritual y todo cuanto haga será una pérdida de tiempo, algo sin sentido e inútil. Y ante el juicio del Espíritu Santo, el único juicio que cuenta, será considerado sencillamente como un puñado de madera, paja y rastrojo.

¿Qué es lo que Dios le ha encomendado para que la haga usted? ¿Lo sabe? ¿Lo ha averiguado ya? ¿Sabe usted qué buscar o sabe cómo buscarlo? Averiguelo porque al hacerlo descubrirá usted que Dios no da un espíritu de temor, sino de poder, de amor y una mente estable. Cuando empieza usted a poner en práctica lo que Dios le ha dado, descubre usted que Dios está con usted y que él le está apoyando. De modo que esa fue la primera palabra de consejo a Timoteo sobre cómo guardar la verdad, cómo mantener la fe.

Hay un dicho popular y un libro escrito por Adam Clayton Powell "Keep the Faith, Baby (Conserva la Fe, Bebé). He leído el libro, pero no he aprendido mucho acerca de cómo conservar la fe. ¿Cómo se conserva la fe? La verdad es que se consigue poniendo en práctica el don espiritual. Comprenderá usted que nuestra fe cristiana no es una flor delicada y frágil, que necesita protegerse en un invernadero. Charles Spurgeon estaba en lo correcto al decir: "La verdad es como un león. ¿Quién ha oído nunca decir que fuese preciso defender a un león? Si lo dejamos libre, se defenderá a sí mismo. Y eso es precisamente lo que tenemos que hacer con la verdad. No necesitamos pedir perdón en nombre de la verdad mediante argumentos prolongados y exegéticos en cuando a por qué debemos de creer esto o por qué debiéramos creer lo otro. Comencemos a ponerla en práctica, esa es la advertencia. En segundo lugar, el apóstol dice, guarda la verdad sufriendo pacientemente y recuerda a Timoteo que todo cristiano, sin excepción, ha sido llamado a sufrir por causa del evangelio. "Oh dirá usted, "ese no soy yo. Yo no sufro. Y creo que en ocasiones tenemos tendencia a sentir que hemos sido excluidos de esto. Puede que sea debido a que siempre creemos que el sufrimiento es algo físico, como la tortura, las empulgueras y las doncellas de hierro y el ser destrozados sobre el potro de tormento, esa clase de cosa. Bueno, la verdad es que de vez en cuando los cristianos sufren de esta forma. De hecho, el siglo veinte es aquel en el que se han producido más torturas en relación con los cristianos. ¿Lo sabía usted? Han sido más los cristianos que han sido asesinados en este siglo por causa de Cristo que en ningún otro desde el principio.

Pero el sufrimiento del que se habla aquí no es solamente físico, sino que es también mental. Es la clase de sufrimiento que soportamos cuando alguien se sonríe como si supiese algo y guiña el ojo por causa de nuestra fe, o se burla o ríe de nosotros, o nos excluye de su lista de invitados o nos trata con un considerable y abierto desprecio o desdén sencillamente por ser cristiasos; alguien que se burla de una reunión de oración o se ríe de la Biblia. Esto es algo que debemos de soportar con paciencia, dice el apóstol. Y al reaccionar, no con ira o con repugnancia o venganza, sino tranquila y calmadamente, como lo hizo nuestro Señor, estamos siendo fieles y guardando la verdad.

¿Sabe usted una cosa? Una de las razones por la que el evangelio no se acepta extensamente en muchos lugares en la actualidad es porque los cristianos han sido impacientes ante el sufrimiento, negándose a tomarse con paciencia la actitud del mundo en este sentido. Sino que han actuado como si se sintiesen ofendidos y heridos cuando las personas les han tratado de mala manera o se han dado por vencidos y han seguido a la multitud, negándose a aceptar el sufrimiento por causa del Señor. No se puede desafiar al mundo por lo que hace mal sin que se sienta ofendido y aunque debemos de desafiarlo de la manera menos ofensiva posible, sin embargo las Escrituras dejan claro que hay constantemente un lugar para el sufrimiento del cristiano y es una de las maneras de las que nos podemos valer para conservar la verdad.

La tercera manera, que Pablo sugiere en su primer capítulo es "que presente el modelo de las sanas palabras es decir, lee y confía en las Escrituras. Me encanta la frase "el modelo de las sanas palabras. Hay muchos actualmente que se están apartando del modelo de las sanas palabras, creyendo que algún escritor seglar, dominado por la ceguera y oscuridad de su propio corazón, tiene una visión más profunda de los problemas de la vida que las Escrituras. Repiten estos argumentos o viven de acuerdo a esta filosofía y pronto se encuentran sumidos en problemas, que con frecuencia se manifiestan como neurosis, psicosis y reacciones nerviosas y no entienden por qué. ¿A qué se debe que nuestra época padezca de tan enorme cantidad de alteraciones emocionales? Es debido a que, en nuestra ceguera, nos hemos negado a seguir el modelo de las sanas palabras.

Por lo tanto, Pablo le sugiere al joven Timoteo estas tres maneras para guardar la verdad: poner en práctica su don, sufrir pacientemente, seguir el modelo de las sanas palabras y entonces Dios te ayudará siempre:
"...porque yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día." (2ª Tim. 1:12)
Así es como debe de leerse este versículo. No es "lo que le he encomendado (como dice la versión inglesa del Rey Jaime) sino que dice "él puede guardar...lo que ha sido depositado en mi. Es decir, la verdad, la totalidad de la fe. Y al realizar fielmente lo que sugiere el apóstol, descubro que Dios protege esa verdad en mi vida y me protege a mi en ella y, de ese modo, me mantiene firme en la fe.

La segunda exhortación era "se fuerte en el Señor. Es importante entender que esto no se le dice a nadie a menos que esa persona sea capaz de cumplirlo. ¿De qué sirve decirle "se fuerte a una persona que es físicamente enclenque? Y cuando Pablo le dice esto a Timoteo por escrito, se da cuenta de que este joven entiende cómo ser fuerte. Pablo no está diciendo aquí cómo hemos de ser fuertes, eso es algo que debemos de hallar en las Escrituras. Se trata sencillamente de descansar, aprendiendo cómo depositar nuestra confianza en la obra de Jesucristo. Así es cómo debemos de ser fuertes en el Señor, pero lo que necesitaba Timoteo era una exhortación para hacerlo, para ponerlo, de hecho, en práctica y eso es precisamente lo que necesitamos nosotros.

En cierta ocasión oí un breve pareado en una conferencia a la que asistí que me fue de gran ayuda. Uno de los oradores dijo lo siguiente:
Cuando lo intento, fracaso; Cuando confío, El tiene éxito.
Me gusta eso. Eso lo expresa con exactitud, ¿verdad? Cuando lo intento, fracaso, pero cuando confío, él tiene éxito y así es como se vive la vida cristiana.

Hay tres figuras de las que se vale el apóstol para describir el ser fuerte en el Señor. En primer lugar, sé fuerte como un soldado. El pensamiento en este caso es una dedicación absoluta a la labor, sin desviarse para nada. Entréguese de lleno a ello, de forma que pueda usted complacer a Dios, que le ha llamado a ser soldado. ¿Cómo puede usted seguir a Cristo si se dedica usted a otros propósitos en la vida? En ese caso se encontrará usted con diferentes propósitos conflictivos. No, dice Pablo, si quiere usted ser fuerte, dedíquese usted de lleno de la misma manera que un soldado se entrega de lleno a una sola cosa.

En segundo lugar, sé fuerte como un atleta. Eso quiere decir ser disciplinado, sin buscarse caminos más fáciles, sin excusas y sin saltarse las reglas a la torera. De la misma manera que no se corona a un atleta a menos que cumpla las normas, si va usted a ser cristiano, no se busque usted atajos, sencillamente sígale. En tercer lugar, sígale como un granjero, lo cual implica ser diligente. Aplíquese a esta labor, sin disminuir el ritmo de trabajo. Cualquier granjero sabe que si espera que haya una cosecha en el otoño debe de pasar algún tiempo trabajando y plantando durante la primavera. Y así de sencillo debiera ser en la vida del cristiano. La vida cristiana no es una en la que relajamos tranquilamente mientras sigue su propio camino, sino que exige una diligencia y una disciplina, leyendo y dedicándonos de lleno a la labor de conocer las Escrituras y aplicando deliberadamente los grandes principios de la verdad que aprendemos. Y si hace usted estas cosas, nos dice Pablo, podrá ser usted fuerte, fuerte en el Señor.

Finaliza este encargo con un recordatorio acerca de la fortaleza del Señor. No solo ser fuertes, sino ser fuertes en el Señor.
"Acuérdate de Jesucristo, resucitado de los muertos, de la descendencia de David..." (2ª Tim. 2:8)
Dos cosas acerca de él que recordar: es el Cristo resucitado, capaz de estar con usted en cualquier momento y en cualquier ocasión, no está limitado ni por espacio, ni por tiempo ni por geografía y está a su disposición ahora mismo, además del hecho de que es un Cristo humano. El ha estado donde lo ha estado usted y ha pasado por lo que está pasando usted. Sabe las tensiones por las que pasa usted y ha sentido sus mismos temores. "Acuérdate de Jesucristo, resucitado de los muertos, de la descendencia de David un Cristo resucitado y humano.

La próxima recomendación comienza a partir del capítulo dos, versículo catorce y termina en el capítulo tres. Aquí Pablo nos está diciendo que evitemos las trampas y los engaños que pueda haber en el camino, destacando tres de ellos. El primero es las discusiones por las palabras. ¿Se ha dado usted cuenta alguna vez de la manera en que los cristianos se enfadan en ocasiones por palabras insignificantes de las Escrituras, sobre cómo se efectúa el bautismo o al hablar del milenio; son cristianos que se dividen en facciones, que escogen sus armas y pelean? No hagamos eso, nos dice el apóstol, evitemos esta clase de situaciones. Estas son controversias sin sentido e inútiles, que se extenderán como la gangrena. No que estos asuntos no sean importantes, porque lo son en un sentido, pero hay aspectos de las Escrituras en los que los eruditos honestos, investigadores y serios encontrarán diferencias. Por lo tanto, lo mejor es evitar las controversias en esos aspectos, sin tomar decisiones finales y causar divisiones por esta clase de cosas.

En segundo lugar, nos dice que evitemos las pasiones arriesgadas. He aquí una palabra de consejo para un joven que sentía en su interior la excitación de la pasión, de los impulsos sexuales y otros anhelos, por vivir en una sociedad saturada de sexo como la nuestra. Los que le rodeaban le decían: "cualquier cosa vale, satisfácete a ti mismo, no es mas que un deseo natural y toda la demás propaganda y falsas doctrinas que hoy en día oímos por todas partes. Timoteo se estaba enfrentando con todas ellas y Pablo le tiene que decir:
"Recuerda Timoteo que en una casa grande no solamente hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro. Además, hay unos para uso honroso y otros para uso común." (2ª Tim. 2:20)
Esta es una figura preciosa porque Pablo está hablando acerca del mundo entero como si fuese una gran casa y dice que Dios tiene a ciertas clases de personas en esa casa tan grande. Están aquellos a los que usa para propósitos que no son honrosos y, eso es algo que se encuentra en la historia contemporánea, Dios está usando a hombres y a mujeres para llevar a cabo su voluntad de diferentes maneras, que nada tienen que ver con la nobleza, es decir, por medio de las guerras. Ninguna guerra es noble, a pesar de lo cual Dios usa a algunos hombres en esas guerras para matar y realizar sus propósitos. Pero hay otros a los que utiliza para fines nobles, no destructivos, no para causar división, sino para reunir y para edificar, para sanar y armonizar. Cada uno de nosotros será utilizado por Dios de una manera u otra.

Pablo dice, que si quiere usted ser usado para propósitos nobles, en lugar de serlo para los que no son nobles, deberá separarse de aquellas cosas que destruyen su vida.
"Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz con los que de corazón puro invocan al Señor." (2ª Tim. 2:22)
Una de las más grandes fuerzas destructivas de nuestro tiempo es el libertinaje, en relación con la cuestión sexual, que está destruyendo el tejido de nuestra civilización, a pesar de lo cual los hombres quedan cegados ante este hecho, pero los cristianos lo vemos con toda claridad y hemos sido instruidos, por lo que esta palabra de consejo es de lo más acertada para nosotros que vivimos en medio de una sociedad que se ha pasado de la raya en cuanto a la libertad sexual. "Huye, pues, de las pasiones juveniles. No las elimines, como dice Pablo en otro lugar, pero sí de gracias por ellas, andando honestamente y en pureza ante el Señor y Dios le usará a usted para fines nobles y no para los que no lo son.

Y la tercera trampa o engaño que encontramos en el camino es la actitud de rebeldía:
"...en los últimos días se presentarán tiempos difíciles. Quiero hacer notar, de pasada, que los "últimos días no se refiere a los tiempos del fin de la iglesia en la tierra, sino que incluyen todo el período de tiempo entre la primera y la segunda venida de Cristo. Desde el día mismo en que nuestro Señor se levantó de entre los muertos han sido los "últimos días. Y en estos últimos días, nos dice Pablo, habrá círculos repetitivos de aflicción, y ahora mismo estamos pasando por uno de ellos, en el que la paz brilla por su ausencia en la tierra y los hombres están angustiados, en los que existen extrañas fuerzas demoniacas que actúan en la sociedad, creando terribles problemas y durante estos tiempos de aflicción veremos representadas ciertas características, de las cuales Pablo nos ofrece una lista:
"Porque habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos y amantes de los placeres más que de Dios. Tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia. A éstos evita." (2ª Tim. 3:1-5)
¿Qué es lo que debemos hacer? En este caso, básicamente, nos encontramos ante las características de la rebelión, con una actitud de anarquía. ¿Cómo se puede evitar caer en esa trampa? Bueno, dice el apóstol, lo primero es evitar a esa clase de personas, no uniéndose a su causa. No quiere decir con eso que no podamos hablar con ellas, pero no unirnos a ellas, no participar en esta clase de rebeldía desafiante.

Pero además es preciso recordar que esta clase de rebelión siempre da como resultado una rápida revelación de su debilidad y eso fue precisamente lo que les sucedió a Janes y Jambre, los dos magos que se opusieron a Moisés ante la corte del faraón (Ex. 7:11) Además esta clase de personas actualmente no son tampoco muy justas, pero su insensatez resultará evidente a todos, como sucedió en el caso de estos dos hombres. Esa es una palabra de consuelo en estos tiempos de ilegalidad, en los que nos preguntamos hasta dónde van a llegar las fuerzas de la ilegalidad actuales. Pablo nos dice que no llegarán demasiado lejos, porque su insensatez no tardará en ser evidente para todos.

En la última parte de este capítulo, el apóstol le dice a Timoteo cómo librarse, de nuevo con un doble consejo: siendo paciente en el sufrimiento y persistente en la verdad. "Recuerda cómo me comporté yo le dice a Timoteo. "Tú me observaste, has visto cómo he soportado todas las pruebas con las que me he tenido que enfrentar. Recuerda que si soportas con tranquilidad el sufrimiento y continuas en la verdad, aferrándote a las Escrituras y a lo que ha dicho Dios, hallarás con seguridad el camino y pasarás por toda clase de complicaciones, peligros y trampas del mundo en el que vives. Y a continuación viene su recomendación final:
"Te requiero delante de Dios y de Cristo Jesús, quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos, tanto por su manifestación como por su reino: predica la palabra." (2ª Tim. 4:1, 2)
Distribúyela, proclámala. No te limites sencillamente a creer en la palabra, habla sobre ella, cuéntaselo a otras personas. Declara la gran verdad que Dios te ha dado.
"Manténte dispuesto a tiempo y fuera de tiempo, convence [a aquellos que tienen muchas dudas], reprende [a los que cometen muchos pecados], y exhorta [a los que están dominados por el temor]." (2 Tim. 4:2)
Tres cosas: convence, reprende y exhorta; para contrarrestar las características de una época de decadencia. Y Timoteo debe sentirse motivado en ello por estas dos cosas. Primero, ha de hacerlo en vista del hecho de que vive en la presencia de Dios y de Jesucristo. Tenemos a todo un universo que nos está observando y nuestra fidelidad está siendo observada todo el tiempo. Dios nos está observando y lo mismo está haciendo Cristo, por lo que debemos de vivir ante su presencia. En segundo lugar, debe de hacerlo tenido en cuento los peligros de los tiempos.
"Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, más bien teniendo comezón de oír..." (2ª Tim. 4:3)
No permitas que suceda esto, le dice Pablo, habla con verdad y proclama la palabra.

A continuación finaliza con esta maravillosa palabra de testimonio, relacionada con su propia experiencia:
"Porque yo ya estoy a punto de ser ofrecido en sacrificio, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla; he acabado la carrera; he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, el Juez justo, en aquel día. Y no solo a mí, sino también a todos los que han amado su venida." (2ª Tim. 4:6-8)
Eso es realmente magnífico, especialmente al recordar el ambiente. El apóstol se encuentra encerrado en una diminuta celda, confinado y pasando frío, casi en total oscuridad, escribiendo a la luz de una antorcha que chisporrotea, sabiendo que su destino ya está decidido. Ya ha aparecido una vez ante Nerón, ese desastroso y monstruoso emperador, y tiene que aparecer de nuevo ante su presencia, y sabe bien cuál será el resultado en esta ocasión. Será llevado fuera de las murallas de la ciudad y con un golpe de espada, le cortarán la cabeza, que rodará por el polvo, y ese será el fin.

Pero si se da usted cuenta Pablo mira mucho más allá de esa situación. La muerte no es más que un incidente para el creyente y Pablo está contemplando el día en que aparecerá ante la presencia misma del Señor, cuando de repente se encontrará ante él, aunque siempre ha estado ante él por medio de la fe, y se descubre a sí mismo con el Señor en aquel gran día. Pero mezclado con ese sentimiento hay otro elemento muy humano. Fíjese en lo que le dice a Timoteo:
"Solo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. A Tíquico envié a Efeso. Trae, cuando vengas, el manto que dejé en Troas en casa de Carpo, y los rollos, especialmente los pergaminos." (2ª Tim. 4:11-13)
Se siente mentalmente aburrido, solo en espíritu y su cuerpo aterido por el frío. Aunque somos conscientes de que es capaz de ver más allá y contemplar la grandeza de la gloria venidera de Dios, al mismo tiempo vemos su profunda humanidad. No hay nada de malo en ello. Cuando nosotros tenemos frío, o nos sentimos solos o aburridos, podemos admitirlo sin problema, porque eso no es un pecado, pero debemos al mismo tiempo ver más allá de esas circunstancias y añadir la dimensión de la fe, que ve la realidad de un mundo invisible y que cambia toda la dimensión de las circunstancias en las que vivimos. He pensado con frecuencia acerca de Pablo ante la presencia de Nerón. El dice:
"Pero el Señor sí estuvo conmigo [la primera vez que apareció ante Nerón] y me dio fuerzas para que por medio de mi fuese cumplida la predicación...
¡Qué tremendo desafío! ¿No es cierto? Pablo tuvo que aparecer ante aquel desgraciado Nerón y proclamar la palabra completa.
"...y que todos los gentiles escucharan. Y fui librado de la boca del león. (2ª Tim. 4:17)
Esa fue la primera vez que apareció ante él, pero sabe que en esta ocasión la cosa será muy diferente. Y en aquel día en que Pablo apareció por segunda vez ante el emperador, el nombre de Nerón era un nombre honrado entre los hombres y conocido por todo el Imperio. ¿Quién había oído hablar de aquello, solo aquel pequeño judío de Tarso, calvo, con las piernas patizambas y torpe de palabra? Y sin embargo, 1900 años después, llamamos a nuestros hijos Pablo y a nuestros perros Nerón.

A continuación finaliza con algunas palabras personales a sus amigos. ¡Qué maravillosa es esta epístola! ¡Qué tremendo desafio debió representar para el corazón del joven Timoteo. A mi me hubiese encantado recibir una carta así de Pablo ¿a usted no? Y de hecho, eso es lo que es. También nos está escribiendo a nosotros, para que nos mantengamos firmes, para que sigamos el ejemplo de las sanas doctrinas, para que participemos en los sufrimientos con gozo y con un espíritu de ecuanimidad por causa del evangelio, no devolviendo mal por mal, sino bien por mal, y recordando que él puede guardar lo que ha depositado en nosotros.

Tito
Normas para el desarrollo de la iglesia – La verdad y la prueba

Tito, uno de los jóvenes que acompañaban al Apóstol Pablo en sus muchos viajes misioneros, vino por primera vez a Cristo siendo griego y estando en la ciudad de Antioquia. Cuando se escribió esta epístola, se encontraba en la isla de Creta, justo al sur de Grecia.

Es posible que la iglesia de Creta la empezasen Pablo y Tito después del primer encarcelamiento de Pablo en Roma. Por lo que sabemos, Pablo fue puesto en libertad después de ese tiempo de encarcelamiento, del que ha quedado constancia en el libro de los Hechos. Puede que recuerde usted que había expresado el deseo de ir a España, y muchos eruditos creen que después de su viaje a España, él y Tito fueron a la isla de Creta y comenzaron la iglesia allí. Como nos dice en su epístola, primero dejó a Tito allí "para que pusieras en orden lo que faltase y establecieras ancianos en cada ciudad, como te mandé. (Tito 1:5)

Esta epístola nos ofrece una visión interesante acerca de lo que estaba pasando en la iglesia primitiva, mientras el apóstol viajaba de un sitio a otro, enviando a jóvenes como delegados apostólicos, para que realizasen el trabajo por él en diversos lugares.

Descubrimos en el trasfondo de esta epístola el carácter de los de Creta. En uno de los más extraordinarios pasajes del Nuevo Testamento, el apóstol cita de uno de los escritores antiguos de su época, un poeta griego seglar, que describe a estas gentes entre las que el joven Tito tenía que trabajar diciendo:
"Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones perezosos." (Tito 1:12)
Es evidente que Pablo está escribiendo un mensaje privado a Tito, su hijo en la fe, y quiere que entienda la formidable naturaleza del problema que tiene que resolver. Se enfrenta con personas que se caracterizan por estas tres cosas y esto lo enfatiza diciendo: "este testimonio es cierto. (vs. 13) Esta gente es así. Y al examinar el mensaje de esta epístola, vemos que estas tres características de los de Creta parecen describirse y ampliarse en varios pasajes más. Por ejemplo, Pablo dice acerca de algunos de ellos:
"Para los que son puros, todas las cosas son puras; pero para los impuros e incrédulos, nada es puro, pues hasta sus mentes y sus conciencias están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son abominables, desobedientes y reprobados para toda buena obra." (Tito 1:15-16)
Esa era la clase de sociedad en la que vivía la iglesia cristiana y ese era la clase de carácter nacional con el que se enfrentaba Tito. Eran personas cuyas mentes y conciencias estaban corrompidas, profesando conocer a Dios, pero realmente negándole por medio de sus hechos.

Además les llama "malas bestias, es decir, eran como animales en sus actitudes unos para con otros. Este tema se amplia en el capítulo tres, cuando el apóstol dice:
"Pero evita las contiendas necias, las genealogías, las controversias y los debates acerca de la ley; porque de nada aprovechan y son vanos. Después de una y otra amonestación, rechaza al hombre que causa divisiones, sabiendo que el tal se ha pervertido y peca, habiéndose condenado a sí mismo." (Tito 3:9-11)
Estas palabras se refieren principalmente a aquellos que al menos profesaban ser cristianos, pero que reflejaban las actitudes del mundo que les rodeaba.

Cuando la iglesia tiene un problema, es debido a que el mundo está invadiendo la iglesia en lugar de que la iglesia invada el mundo. Se pretende que el evangelio sea un elemento que cause inquietud y que cambie la sociedad y, por lo tanto, siempre que la iglesia es fiel a su mensaje auténtico, está siempre en contra del status quo. La iglesia es un cuerpo revolucionario, lo ha sido siempre, y por ello podemos identificarnos y oponernos a algunos de los desafíos del status quo con el poder de Dios, algo que ninguna otra organización o grupo puede hacer.

¿Qué haría usted con gente que se portase como animales, gruñendo y quejándose unas contra otras, personas que participasen en insensatas controversias y discusiones sobre la ley, que se mostrasen divididas unas contra otras, cómo trataría usted a esa clase de personas? Pero eso no era todo, aquellas gentes se caracterizaban además por ser "glotones perezosos, gente indolente, que iban tras los placeres. Esto también se amplia en el capítulo tres, donde el apóstol habla no solo acerca de ellos, sino acerca de sí mismo y de todos los hombres y de cómo son antes de hacerse cristianos. Aquí tenemos una asombrosa descripción del mundo tal y como Dios lo ve:
"Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados. Estábamos esclavizados por diversas pasiones y placeres, viviendo en malicia y en envidia. Eramos aborrecibles, odiándonos unos a otros." (Tito 3:3)
Ese era la clase de mundo al que el apóstol había enviado a aquel joven, con el poder del evangelio.

La necesidad básica de aquellas gentes era tener "la sana doctrina, una frase que se repite en varias ocasiones a lo largo de esta epístola. Pablo sabía que a fin de introducir un cambio en la sociedad, era preciso decirle la verdad a las gentes, que es el problema que tienen los hombres y mujeres por todas partes. Por eso es por lo que andan en tinieblas y se portan como animales, destrozándose unos a otros y odiándose unos a otros, porque no se entienden a sí mismos ni al mundo. Por lo tanto, es preciso empezar enseñándoles la verdad.

Juntamente con esta, existe otra necesidad muy básica, el tema de las "buenas obras frase que aparece en cinco ocasiones diferentes. El capítulo uno termina con la idea eran "reprobados para toda buena obra. (Tito 1:16) Luego, en el capítulo dos dice: "mostrándote en todo como ejemplo de buenas obras. Demuestra en tu enseñanza integridad, seriedad y palabra sana e irreprensible. (vv. 7, 8) Y el capítulo dos termina con la idea "quien se dio a sí mismo para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras. (v. 14) En el capítulo tres dice: "fiel en esta palabra (es decir en las buenas obras) (v. 8) y nuevamente dice: "Y aprendan los nuestros a dedicarse a las buenas obras. (v. 14)

¿No es eso lo que está buscando la iglesia, lo que busca también el mundo? La sana doctrina, la enseñanza buena y sólida, las revelaciones sinceras acerca de la verdad y las buenas obras para apoyarlas y demostrar la realidad de esta enseñanza. Primeramente y en cuanto a la doctrina, el apóstol enfatiza varios puntos. Para comenzar, debían de tener muy clara cuál era la base de la salvación del hombre. ¿Cómo se trasforman los corazones humanos? En la actualidad aún seguimos esforzándonos por cambiar la naturaleza de las personas por medio de los estudios, de la legislación y cambiando de ambiente o de medio, pero como alguien ha dicho muy apropiadamente "¡si se lleva a un cerdo a una sala, no cambiará al cerdo, pero sin duda cambiará la sala! Y ese es precisamente el problema con que nos topamos en este caso, de manera que necesitaban saber la verdad acerca de la salvación. Y el apóstol dice en el capítulo tres:
"pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor por los hombres él nos salvó..."
El nos salvó. ¡Nos salvó! El es el único que puede hacerlo. El nos salvó, no fuimos nosotros los que nos salvamos a nosotros mismos. De hecho, continua diciendo:
"...no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho..."
Todo el mundo intenta hacer buenas obras, pero las buenas obras no nos salvan, cosa que deja muy claro el apóstol. Solo el Salvador puede salvar y él lo explica muy bien:
"...nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo. (Tito 3:4, 5) 
El nos transforma desde el interior; no nos pone algunos parches en el exterior. No nos da una nueva página que pasar o intenta animarnos para que tengamos el valor moral necesario, o para que nos esforcemos un poco más, sino que nos transforma por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo."

La psicología es totalmente impotente cuando se trata de esa clase de procedimiento, pero el evangelio logra lo que ni puede conseguir la psicología ni ninguna otra cosa. El mensaje supremo de la iglesia es declarar y proclamar estas buenas e importantes nuevas de que hay un medio para ser regenerados y renovados en el Espíritu Santo.

"que él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Y esto, para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos conforme a la esperanza de la vida eterna." (Tito 3:6, 7)
Ahora bien, cuando la Biblia habla acerca de la esperanza, no se refiere a una ligera posibilidad, de la misma manera que el mundo se refiere a la esperanza: "Espero ser rico algún día o "espero tener buena salud. Cuando el Nuevo Testamento habla sobre la esperanza, se refiere a algo seguro: la esperanza de la vida eterna depende de Aquel que vino para darnos vida eterna y somos justificados por su gracia.

Más allá de estos hechos fundamentales del evangelio, estos habitantes de Creta necesitaban aprender alguna verdad acerca del modo en que se estaban comportando. En el capítulo dos, Pablo escribe en relación con la llegada del evangelio:
"Porque la gracia salvadora de Dios se ha manifestado a todos los hombres [es decir, a todos los que creen] enseñándonos a vivir de manera prudente..renunciando a la impiedad..."
Los psicólogos nos están diciendo que muchas personas, en especial los jóvenes, padecen de "shock de futuro. Esa es una especie de reacción emocional que se produce cuando alguien contempla el futuro y lo considera falto de toda esperanza, sin posibilidad de hacer nada en él. Y son muchos los jóvenes que actualmente se dan por vencidos con respecto al futuro, diciendo: "¿De qué sirve?

Pero aquí tenemos la respuesta a esa desesperación "aguardando la esperanza bienaventurada. ¡Qué frase tan indicada para contrastarla con la anterior de "shock de futuro! y "la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria de Dios y Salvador nuestro Jesucristo. ¿Ve usted con que facilidad se le llama a Jesús Dios en este pasaje? Hay un Salvador y es Jesucristo, que es el gran Dios, que aparecerá en gloria para enderezar todas las cosas que están mal en este mundo.

A continuación, era preciso que los cretenses aprendiesen algo acerca del orden en la iglesia, y en el primer capítulo Pablo da a entender que le encargó a Tito que nombrase ancianos, a los que más adelante llama "obispos y son los mismos "ancianos porque lo primero se refiere al hombre, mientras que "obispo se refiere al cargo. Y nos dice cuáles deben sus calificaciones:
"...que sea irreprensible, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes que no sean acusados como libertinos o rebeldes. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible como mayordomo de Dios; que no sea arrogante, ni de mal genio, ni dado al vino, ni pendenciero, ni ávido de ganancias deshonestas. Antes bien, debe ser hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo y dueño de sí mismo..." (Tito 1:6-8)
¿Dónde se puede encontrar hombres así? Pablo esperaba encontrarlos en Creta y esperaba encontrarlos entre aquellos que antes se caracterizaban por ser mentirosos, malas bestias y glotones perezosos. Ese es el cambio que produce el evangelio, y los encontró, porque Tito fue enviado para encomendarles esa labor a fin de realizar la obra de la iglesia. De este modo, la iglesia se convierte en una especie de grupo de terapia, introduciendo en la comunidad en general las virtudes sanadoras del amor, de la luz y la gracia que transformarán gradualmente a la comunidad. Para eso ha sido enviada la iglesia.

Finalmente, era preciso que aquellos cristianos cretenses supiesen algo con respecto a la responsabilidad cívica:
"Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y a las autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos para toda buena obra; que no hablen mal de nadie, que no sean contenciosos sino amables, demostrando toda consideración por todos los hombres." (Tito 3:1, 2)
¡Qué contraste con algunas de las actividades que se llevan a cabo en la actualidad en nombre de la iglesia! Pero la iglesia recibe la exhortación aquí de reconocer que las autoridades son, en cierto sentido, los ministros de Dios, enviados y usados por él para mantener el orden y que debe de haber cortesía y obediencia en todos los aspectos relacionados con lo estipulado por la ley, excepto aquellos en los que claramente desafía los preceptos espirituales o resulta impía, en cuyo caso debe repudiarse, usando nuestras mentes y voluntades para decir que no a estas cosas.
"...renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, aguardando la esperanza bienaventurada..."
No es en la iglesia, sino en el mundo, en medio de la vida de los negocios, del comercio, el mundo profesional y las empresas normales de la vida, es ahí donde debemos de vivir sobria, santa y rectamente. Esa era la verdad que necesitaban conocer.

Y en tercer lugar, necesitaban saber la verdad acerca de lo que podían esperar del futuro y sigue diciendo en el mismo pasaje:
"...aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo." (Tito 2:11-13)
En lo que se refiere a la necesidad de las buenas obras, hay unos consejos prácticos para personas de diversas edades. A los ancianos se les dice:
"Que los hombres mayores sean sobrios, serios y prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la perseverancia." (Tito 2:2)
A continuación aconseja a las mujeres mayores diciendo:
"Las mujeres mayores sean reverentes en conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, maestras de lo bueno, de manera que encaminen en la prudencia a las mujeres jóvenes a que amen a sus maridos y sus hijos..." (Tito 2:3-4)
Esa es la labor de las mujeres mayores, enseñar a las más jóvenes cómo comportarse, a ser buenas esposas y además:
"A que amen a sus maridos y a sus hijos, que sean prudentes y castas, a que sean buenas amas de casa, a que estén sujetas a sus propios maridos, para que la palabra de Dios no sea desacreditada." (Tito 2:9)
¡Qué práctica es esta epístola! Pero con todo y con eso, al ofrecer el apóstol estas normas prácticas, está al mismo tiempo inculcando sosegadamente a la comunidad cretense el poder que no tardaría en convertirse en un factor vital para cambiar toda la vida de la isla.

Finalmente, al acabar el apóstol con algunas palabras personales de advertencia y de consejo, es como si pudiésemos echar un vistazo a su propia vida. Dice:
"Cuando yo envíe a ti a Artemas o a Tíquico, procura venir a mí a Nicópolis, pues allí he decidido pasar el invierno." (Tito 3:12)
Nicópolis se encontraba en la orilla del oeste de Grecia, justo al otro lado del Mar Adriático a la otra punta de lo que es la bota de Italia. El apóstol estaba, al parecer, escribiendo esta epístola desde Corinto, y estaba enviando a dos jóvenes a reemplazar a Tito en Creta, de modo que éste se pudiese reunir con Pablo. Más adelante leemos que Tito fue a Dalmacia, en la costa del norte, enviando a Zenas, su abogado, y a Apolos, de camino (posiblemente a Alejandría, que era de donde procedía Apolos) y el apóstol pide a Tito que se asegure de que no les falte nada.

A continuación termina la epístola de la misma manera que la empezó, diciendo: "Y aprendan los nuestros a dedicarse a las buenas obras. (Tito 3:14) ¿Cómo empezó la epístola?
"Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo según la fe de los elegidos de Dios y el pleno conocimiento de la verdad, la cual es según la piedad." (Tito 1:1)
He ahí el tema de la epístola, la verdad que encaja perfectamente con la piedad; la sana doctrina y las buenas obras corren parejas y la base de todo ello, como ya hemos visto, es "aguardando la esperanza de la vida eterna que Dios, que nunca miente, prometió hace ya mucho tiempo...

Esa promesa se encuentra en Génesis y fue hecha cuando Dios prometió, antes de que Adán y Eva fueran echados del huerto, que vendría un redentor, que daría vida a los hombres (Gén. 3:15) y esta es la referencia que cita Pablo aquí. A continuación habla acerca del método por el cual esto se convertiría en realidad: "y a su debido tiempo manifestó su palabra en la predicación que se me ha confiado por mandato de Dios nuestro Salvador. (Tito 1:3) Si se ha producido un verdadero cambio en su vida, fue gracias a la predicación, escuchando la exposición de la palabra liberadora y cuando usted creyó, se encontraría usted con que también experimentaría el lavamiento de la regeneración y la posterior renovación, la continuada renovación, del Espíritu Santo. 

Filemón
Normas para el desarrollo de la iglesia - Un hermano restaurado

Esta breve epístola a Filemón es un maravilloso ejemplo de la fuerza más poderosa del universo que afecta el control sobre alguien: la gracia. En ella se trata uno de los problemas más difíciles que jamás nos hemos encontrado, el de resolver las peleas entre los miembros de la familia. Podemos hacer caso omiso de algo que nos haga un extraño para perjudicarnos, pero resulta sumamente difícil perdonar a un miembro de nuestra propia familia o alguien muy cercano.

La clave de esta epístola se encuentra en el versículo 16. Pablo le dice a Filemón que le está enviando de nuevo a Onésimo:
"Ya no como a un esclavo, sino más que esclavo, como a un hermano amado, especialmente para mí, pero con mayor razón para ti, tanto en la carne como en el Señor." (File. 16)
Los antecedentes de esta historia son muy interesantes. Esta epístola fue escrita cuando el apóstol Pablo se encontraba prisionero por primera vez en la ciudad de Roma. Fue enviada a Filemón, un amigo de Pablo, que había sido ganado para Cristo, y que vivía en Colosas. Evidentemente, Filemón tenía un hermano menor que se llamaba Onésimo.

De una manera u otra, no sabemos exactamente cómo, Onésimo se metió en problemas, tal vez fuese un hombre que se dedicaba a jugar por dinero, convirtiéndose en esclavo de su propio hermano Filemón. En aquellos días, si un hombre se metía en líos, podía conseguir que alguien le redimiese vendiéndose a sí mismo a esa persona como esclavo. Posiblemente Onésimo estuviese endeudado y acudiese a su hermano Filemón diciéndole: "Fil, ¿puedes echarme un cable? Me he metido en problemas y necesito algo de dinero.

Filemón le contestaría: "Escucha, Onésimo, ¿qué puedes darme como garantía?

Onésimo le diría: "No tengo ninguna otra cosa que no sea yo mismo, pero me convertiré en tu esclavo si tú pagas mi deuda. Puede que fuese eso lo que sucediese, pero tal vez no. Sin embargo, la imagen que nos transmite esta epístola es que Filemón es el hermano de Onésimo, además de ser su esclavo.

Poco antes de que fuese escrita esta epístola, Onésimo se había escapado. En el Imperio Romano, si un esclavo se escapaba de su amo, o bien le condenaban a muerte o le enviaban de vuelta a su amo. Antes de marcharse, aparentemente Onésimo le había robado algún dinero a Filemón, hallando después el camino a la ciudad de Roma y allí, de alguna manera, se puso en contacto con el apóstol Pablo, que estaba en la cárcel y fue salvo mediante la predicación del evangelio (y como le sucede a tantos muchachos que huyen, se encontró bajo el sonido de la palabra de Dios y se convirtió muy en serio) y Pablo le tomó como su ayudante allí, en la ciudad de Roma, pero Pablo se había propuesto mandarle de nuevo a Filemón, de modo que le escribió esta nota amable y la envió en mano del propio Onésimo.

Imagínese la escena del hogar de Filemón cuando llegó esta epístola. Una mañana Filemón se encuentra en pie en su porche, mirando en dirección a la carretera, cuando ve que se acerca alguien. Le dice a su esposa: "Querida, alguien viene a vernos. Mientras ve acercarse a la persona, cree saber quién es y dice: "¿Sabes una cosa querida? Espero estar equivocado, pero me da la impresión de que el que se acerca por el camino es el pillo de mi hermano que vuelve otra vez a casa. Y ¿cómo no? según se va acercando, al llegar cada vez más cerca Onésimo, Filemón ve que es él, efectivamente, que había huido y deshonrado a la familia, el que era la oveja negra de la familia que regresa y al aproximarse a su hermano Onésimo lo hace con el ceño fruncido. Levanta los brazos en el aire y dice: "¡Vaya, pero si has vuelto ha casa por fin! ¿verdad? ¿Qué es lo que te trae por aquí esta vez? Dicen que la mala moneda siempre vuelve a aparecer.

Onésimo no dice absolutamente nada, sabiendo que es inútil intentar defenderse a sí mismo, limitándose a entregarle la epístola del Apóstol Pablo y Filemón abre la carta, que estaba escrita en forma de rollos y comienza a leer:
"Pablo, prisionero de Cristo Jesús y el hermano Timoteo; a Filemón el amado y colaborador nuestro..."
Filemón dice: "sí, esta epístola es, efectivamente, de Pablo porque él siempre empieza sus epístolas de ese modo. Luego continua diciendo:
"A la hermana Apia [es decir, la Sra. Filemón] a Arquipo nuestro compañero de milicia..."
No sabemos quién era, pero es muy posible que fuese hijo de Filemón y de Apia.
"...y a la iglesia que está en tu casa." (File. 1:2)
¿No es ese un interesante y pequeño aspecto secundario? En casa de Filemón se reunían una serie de personas con el fin de estudiar y de orar juntas. Esta es la "iglesia a la que saluda Pablo. Y a continuación nos encontramos con esta salutación tan conocida:
"Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo." (v. 3)
Filemón le dice a su esposa: "No sé cómo llegó esta epístola a manos de este tipo, pero de lo que no hay duda es de que es de Pablo. De modo que continua leyendo:
"Doy gracias siempre a mi Dios, haciendo mención de ti en mis oraciones; porque oigo del amor y de la fe que tienes para con el Señor Jesús y hacia todos los santos..." (vs. 4-5)
Filemón dice: "Escucha eso, querida. El anciano Pablo ha estado orando por nosotros, incluso estando en la cárcel. ¡No es maravilloso! Y pensar que se acuerda de nosotros aquí en Colosas en oración. ¿Me pregunto sobre qué orará?
"...de manera que la comunión de tu fe ha venido a ser eficaz en el pleno conocimiento de todo lo bueno que hay en nosotros para la gloria de Cristo. (v. 6) Filemón le dice a su esposa: "Me pregunto qué querra decir con eso de compartir vuestra fe, no acabo de ver claro lo que quiere decir y sigue leyendo:
"Porque tuve gran gozo y aliento por tu amor, pues los corazones de los santos, oh hermanos, han sido confortados por medio tuyo. (v. 7) 
Dice: "¡Qué agradable que Pablo diga esas cosas! Dice que se ha sentido refrescado por nosotros, pero ¿en cuántas ocasiones le hemos servido de reposo? Filemón sigue leyendo la epístola:
"Por lo tanto, aunque tengo mucha confianza en Cristo para ordenarte lo que conviene..." (v. 8)
Pablo está diciendo: "Podría ordenarte hacer esto. Podría ser legal sobre esto porque tengo autoridad como apóstol. Filemón probablemente lo haría, pero habría rebeldía en su interior, pero Pablo no va a hacerlo y continua diciendo:
"...más bien intercedo en amor..."
¿Se da usted cuenta de cómo cambia aquí la expresión? "Intercedo en amor ¿sobre qué base va a suplicárselo?
"Siendo como soy, Pablo anciano [eso debería de tocarle el corazón de algún modo] y ahora también prisionero de Cristo Jesús..." (v. 9)
Estoy convencido de que a Filemón se le llenarían los ojos de lágrimas al leer esto. El querido y anciano Pablo, que le había llevado a Cristo, sentado en la solitaria prisión, escribiendo esta epístola y diciendo: "Filemón, querido y viejo amigo, ¿me harías un favor? Te estoy suplicando, aunque te lo podría mandar. Quisiera que me hicieses este favor tan especial. Se puede prácticamente escuchar el corazón de Filemón ablandándose al leer estas palabras. Ahora dice:
"Intercedo ante ti en cuanto a mi hijo, Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones." (v. 10)
Muy sorprendido, Filemón se vuelve a su esposa y le dice: "querida, ¿tú crees que Pablo de hecho ha llevado a mi hermano a Cristo? ¡Habla como si fuese su padre espiritual! Y continua leyendo:
"En otro tiempo él te fue inútil [¡ya lo creo que lo fue, como que te robó lo que pudo y luego salió huyendo de ese modo.] pero ahora es útil, tanto para ti como para mí." (v. 11)
Este es un pequeño juego de palabras sobre el nombre de Onésimo; el nombre significa útil o de provecho. Pablo es un eminente humorista y no se siente ni mucho menos avergonzado en usar una figura humorística cuando resulta indicado. Guiñando el ojo, le dice: "Puede que en una época Onésimo te resultase inútil, pero ahora es útil, ahora es Onésimo.
"Te lo vuelvo a enviar, a él que es mi propio corazón." (v. 12)
Filemón dice: "No lo entiendo. ¿Par qué iba Pablo a querer enviármelo de nuevo? Después todo lo que me ha hecho este individuo, y aunque se haya hecho cristiano, a mi me va acostar muchísimo trabajo olvidarme de la deshonra que ha sido para mi nombre en la comunidad. Pero Pablo escribe diciendo:
"Yo deseaba retenerlo conmigo, para que en tu lugar me sirviera en mis prisiones por el evangelio." (v. 13)
Esas palabras debieron conmoverle el corazón a Filemón, que sin duda desearía hacer algo por Pablo. Y ahora éste le dice: "Onésimo lo hizo en tu nombre, él me ha estado sirviendo. Y a continuación dice:
"Pero sin tu consentimiento no quiero hacer nada, para que tu bondad no fuese como por obligación, sino de buena voluntad." (v. 14)
Esa es el verdadero significado de la gracia ¿no es cierto? Es algo que no obliga a los demás a hacer nada y aquí Pablo le dice a Filemón: "No quiero que le vuelvas a recibir sencillamente porque yo te lo pida y tampoco quería que se quedase conmigo en Roma sin tu consentimiento, así que por eso te lo vuelvo a enviar.
"Pues quizás por esta razón se apartó por un tiempo, para que lo recibas ahora para siempre; ya no como a un esclavo, sino más que esclavo, como a un hermano amado, especialmente para mí, pero con mayor razón para ti, tanto en la carne como en el Señor." (v. 15, 16)
Para entonces a Filemón comienza a enternecérsele el corazón en lo que se refiere a su hermano, que había sido la oveja negra de la familia y le dice a su mujer: "Si Pablo le ha cogido tanto cariño a Onésimo, tal vez nosotros también debiéramos de esforzarnos por perdonarle por todas las cosas que nos hizo. Tal vez haya cambiado, veamos lo que dice Pablo al respecto.
"Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo." (v. 17)
"Bueno dice Filemón, "la verdad es que esto da un giro diferente a la situación. Yo estaba dispuesto a recibirle, siempre que Pablo le enviase de este modo, pero le hubiese mandado a vivir con el resto de los esclavos en la casa destinada a ellos, ¡pero Pablo nos dice que debemos de recibirle como le recibiríamos a él mismo!

Apia le contesta: "Como es lógico, a Pablo no le enviaríamos nunca a la casa de los esclavos, sino que le daríamos el mejor cuarto para invitados de la casa. Así que si vamos a recibir a Onésimo como recibiríamos a Pablo, será mejor que le demos la mejor habitación que tenemos.

Así que Filemón le dice: "Está bien, cariño, ve a preparar el cuarto de los invitados. Le pondremos allí. ¡Pero espera un momento! El no nos devolvió nunca el dinero que se llevó y es necesario que consigamos que nos lo devuelva.

"Si en algo te hizo daño, o te debe, ponlo a mi cuenta. (v. 19) Eso es maravilloso ¿no es cierto? Es el resultado de la gracia. Esta breve epístola nos ofrece una extraordinaria imagen de lo que es la doctrina de la aceptación y de la sustitución. Dios nos recibe mediante la persona de Otro porque nosotros eramos como Onésimo. De hecho, Martin Lutero dijo: "Todos nosotros somos los Onésimos de Dios. Somos esclavos, que nada merecemos. Todos hemos hecho cosas que están mal y nos hallamos ante la presencia de Dios, que es justo y santo, a pesar de lo cual el Señor Jesús dice: "Si en algo te hizo daño, o te debe, pongo a mi cuenta, yo lo pagaré y es lo mismo que dice Pablo en este caso.
"Yo, Pablo, lo escribo con mi propia mano. Yo lo pagaré; por no decirte que también tú mismo te me debes a mí. Sí, hermano, yo quisiera tener ese beneficio de ti en el Señor, ¡conforta mi corazón en el Señor!" (vv. 19, 20)
Estoy convencido de que sucedió exactamente de esa manera. Creo que Filemón debió sentirse conmovido por esta maravillosa palabra, llena de gracia, del apóstol, al pensar en ese querido hombre, sentado muy solo en la cárcel, escribiendo esta epístola. El mismo no tenía nada, no tenía dinero, nada con que pagar o devolver el dinero, a pesar de lo cual dijo: "Si os debe algo, no os preocupéis, cuando yo regrese os lo pagaré.
Creo que esa fue la nota maestra, que conmovió el corazón de Filemón, que se abriría de par en par y recibiría a su hermano Onésimo con los brazos abiertos y los dos se perdonaron. Al llorar el uno sobre el hombro del otro, la relación familiar quedó restaurada una vez más.

Pero veamos lo que dice Pablo al final:
"Habiendo confiado en tu obediencia, te escribo sabiendo que harás aun más de lo que digo." (v. 21)
¿Se da usted cuenta de hasta qué punto interviene la gracia en esta situación? Si Pablo hubiera estado escribiendo sobre el asunto, desde un punto de vista legal, le hubiera dicho: "¡Filemón! Como Apóstol Santo de la Santa Iglesia, te mando que recibas de nuevo a este joven y que le devuelvas su trabajo. La ley solo podía llegar hasta ese punto y seguramente Filemón hubiera tenido que obedecerle o de lo contrario se hubiera visto en graves problemas con la iglesia, pero la gracia llega mucho más lejos. No solo ha restaurado a Onésimo a su lugar en la casa, sino que le ha restaurado a su lugar en el seno de la familia, derrumbando todas las barreras, eliminando todas las fricciones que se han producido, creando una situación mejor que la que existía con anterioridad.

Pablo concluye con algunas referencias personales:
"A la vez, prepárame también alojamiento, pues espero que mediante vuestras oraciones yo os sea concedido." (v. 22)
Aquí vemos que lo que dice el apóstol es que tiene la esperanza de que le dejen en libertad, pero ¿de qué manera? "Mediante vuestras oraciones dice. "Continuad orando por mi allí donde estáis, en Colosas. Y sabemos que Dios concedió estas peticiones y Pablo fue puesto en libertad, pudiendo predicar la palabra de Dios durante varios años antes de ser encarcelado por segunda vez.

Finalmente, envía saludos de algunos de los que estaban con él. Epafras era bien conocido en Colosas porque había fundado la iglesia de allí, pero ahora, como compañero de prisiones de Pablo en Roma, envía sus saludos y lo mismo hace Marcos, el autor del evangelio del mismo nombre, y Aristarco, uno de los discípulos de Pablo. Demas fue el joven que abandonó a Pablo, habiendo amado "a este mundo presente (2ª Tim. 4:10) Y Lucas, que también estaba en Roma con Pablo, envía sus saludos a Filemón.

Ahora encontramos esta palabra final, que es característica de las epístolas escritas por Pablo:
"La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu." (v. 25)

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