01 junio 2010

Históricos Parte 1

Históricos
Los libros históricos cuentan la historia de la Humanidad y el pueblo judío desde la muerte de Moisés hasta la rebelión macabea contra el helenismo. En líneas generales, podemos decir que abarcan el período comprendido entre 1240 a. C. y 473 a. C. (unos 12 siglos) Desde la conquista de la Tierra Prometida por los hebreos hasta la lucha contra los griegos, grandes conflictos históricos llegaron y pasaron, y se narran en uno u otro de estos libros: la guerra contra Asiria, la invasión de los babilonios de Nabucodonosor II, la ascención de los jueces como, Gedeón, Sansón y el período monárquico representado tanto por el rey Saúl como por sus sucesores David y Salomón.

Poseemos la mayoría de los originales hebreos o arameos de los libros históricos, los que son considerados canónicos tanto por católicos y protestantes como por los judíos.
Sin embargo, de algunos textos solo sobreviven las traducciones griegas. Al carecer de los originales, judíos y protestantes los consideran apócrifos y por lo tanto se los excluyen de sus Biblias, aunque los católicos los aceptan, llamándoles deuterocanónicos. Se encuentran incluidos en este caso los libros de Judit, Tobías y ciertas partes de Ester (10:4-16:24 = A:1-F:11) entre los libros históricos. A ellos se suman el sapiencial Eclesiástico, y Baruc y partes de Daniel entre los libros proféticos.

Entre los antiguos hebreos el pasado era importantísimo. SIn descartar en ningún momento la esperanza en un futuro mejor, su propia naturaleza de pueblo del Pacto, de pueblo elegido, obligaba a los judíos a estudiar y repasar en profundidad su pasado, esto es, los tiempos en que, de pueblo perseguido y esclavizado había pasado a ser el "ejército de Yahvéh".

Sin embargo, los libros históricos de la Biblia presentan diferentes grados de "historicidad". Esto se debe a que cada uno de los textos tiene su propia manera de relatar la historia.

Es por eso que los expertos han dividido a los libros históricos en seis grupos, dependiendo de su grado de certeza histórica y de los métodos utilizados por sus autores:
1. David y Salomón (Libros de los Reyes): se toma este período como punto de partida porque es aquí cuando comienza a escribirse verdadera historia en el sentido moderno.
2. Período intermedio: compuesto por Samuel.
3. Los Jueces: tiempo en que Israel está dividida y su cultura amenazada por trampas de toda clase.
4. Éxodo: mucho mejor conservado que el grupo anterior, primero porque se estilaba en aquel tiempo llevar registro minucioso de los hechos, y también porque Israel no se había dividido y el caos subsiguiente estaba aún muchos años en el futuro.
5. Los Patriarcas: historias relativas a Moisés y Abraham, con medio milenio de distancia entre uno y el otro.
6. Los orígenes: mitos de creación, genealogías y sistema cronológico particular que pretenden explicar toda la historia que vendrá después.
Josué
La conquista de Canaán

El libro de Josué narra la conquista de la Tierra prometida, llevada a cabo después de la muerte de Moisés por Josué, el nuevo caudillo y sucesor de Moisés.

Divídese el libro en dos partes, de las cuales la primera (caps. 1-12) relata el paso de Jordán, la toma de Jericó, las batallas de Hai y Gabaón y otros sucesos relacionados con la ocupación del país. La segunda parte (caps. 13-22) trata del reparto de la tierra de Canaán entre las doce tribus que la recibieron en suerte. Termina como el Deuteronomio, con la renovación de la Alianza (caps. 23 y 24).

El título no quiere decir que Josué mismo sea el autor del libro. Sin embargo, hay indicios de que el conquistador hiciera uso del arte de escribir (Jos. 24, 26). La tradición judía y muchos santos Padres le atribuyen a él mismo la composición del libro, mientras que los modernos en su mayoría, son de opinión contraria, sosteniendo que el autor no fue Josué sino otro escritor, que utilizó relatos y documentos, escritos por Josué y otros en tiempos de la ocupación de Canaán.

El libro fue redactado antes del establecimiento de la monarquía en Israel, pues al tiempo que se escribía, estaban los gabaonitas todavía al servicio del Santuario. Ahora bien, por otra fuente (II Rey. cap. 21) sabemos que Saúl, el primer monarca los persiguió hasta el exterminio. En Jos. 6, 25 leemos que Rahab y su familia vivía aun al tiempo de la composición del libro. Esta observación permite suponer que el libro fue escrito por un contemporáneo de Josué.

El objeto del Libro de Josué es mostrar la fidelidad de Dios en el cumplimiento de su promesa de dar a su pueblo la tierra de Canaán. Los datos del Libro de Josué son confirmados indirectamente por las tablas cuneiformes del archivo de Tell el-Amarna, las que describen la situación política de entonces de la misma manera que el Libro sagrado. No había gobierno central ni jefe superior, sino que una multitud de reyezuelos vivían entre sí en constante hostilidad y sólo se unían cuando un común y poderoso enemigo los amenazaba.


Jueces
Israel en sus derrotas y liberaciones

El Libro de los Jueces contiene la historia del periodo transcurrido entre la muerte de Josué y la judicatura de Samuel, o sea, hasta la implantación de la monarquía.

Llámase Libro de los Jueces porque sus protagonistas desempeñaban el cargo de jueces, que era idéntico con el cargo de gobernar y reinar, pues en todo el Antiguo Testamento juzgar es sinónimo de reinar. Fueron en realidad los caudillos del pueblo de Israel en el periodo indicado.

Dios solía llamarlos directamente en tiempos de suma necesidad, para que librasen a su pueblo de sus opresores. Una vez oprimidos los enemigos, seguían desempeñando, por regla general, las funciones de gobernantes, sea en su tribu, sea en todo el pueblo. Por eso, antes de formular juicio u opinión sobre la conducta de los Jueces de Israel, debemos tener muy presente que éstos fueron puestos por Dios, como se ve en el discurso de San Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia (Hch. 13, 20), a fin de abstenernos de condenar lo que el mismo Dios dispuso.

El Libro de los Jueces se divide en tres partes. En la primera (1, 1-3, 6) se describe la situación política y religiosa que reinaba inmediatamente antes del periodo de los Jueces; la segunda parte (3, 7-16, 31) contiene la historia de los Jueces; la tercera (17-21) narra dos episodios que se refieren a la idolatría de los danitas y la corrupción de los benjaminitas, y que dan saludable idea de los extravíos de que somos capaces los hombres si nos guiamos por nuestros propios impulsos.

No conocemos el nombre del autor del libro. En general se cree que el profeta Samuel le dio la forma literaria que hoy tiene.

No es difícil establecer el tiempo de su composición. El autor da por supuesto el comienzo de la monarquía en Israel, la cual es considerada como un gran beneficio para el pueblo y goza todavía de gran prestigio. Todo esto prueba que el libro fue redactado en los primeros años del reinado de Saúl.

La enseñanza especial que deducimos del libro de los Jueces es demostrar que Dios siempre castiga a su pueblo cuando éste se aparta de su Ley, pero le suscita un libertador cada vez que se convierte o pide auxilio a su Dios.

No se ha aclarado aún la cronología del libro. Si sumamos los años atribuidos a cada Juez, salen como resultado 410 años. Ahora bien, todos los acontecimientos transcurridos entre el Exodo de Egipto y el comienzo de la edificación del Templo bajo Salomón abarcan 480 años. Si de esos 480 años se quitan los 410 de los Jueces, quedan para los demás acontecimientos sólo 70 años, lo cual es imposible. La solución de esta dificultad consiste en admitir que algunos de los Jueces reinaron simultáneamente en diversas regiones del país.

Rut
Idilio de contenido simbólico (Idilio = romance)

El libro de Rut es como un suplemento de los Jueces y una introducción a los Reyes. Contiene la encantadora historia de una familia del tiempo de los Jueces. La moabita Rut, peregrina con su suegra Noemí desde el país de Moab a la patria de ésta y se casa con Booz, un rico pariente de su marido. Los dos, Booz y Rut, aparecen en la genealogía de Cristo (Mt. 1, 5).

No se sabe exactamente, cuándo se escribió esta preciosa historia del tiempo de los Jueces, que trata de los antepasados de David. Muy probable es la hipótesis de que fuera escrita en tiempos de éste, y supónese que su autor es aquel que escribió el primer libro de los Reyes, tal vez el profeta Samuel.

Nos ofrece un hermoso ejemplo de la divina Providencia que todo lo dispone y hace que concurran aún los menores sucesos al cumplimiento de sus mayores designios. Nos pone ante los ojos un modelo de singular piedad y religión, tanto en Rut como en su suegra Noemí, y nos deja ver en Booz, no sólo un modelo de israelita, sino también un miembro de la real estirpe, de la cual nació Nuestro Señor Jesucristo.

Puede verse en este librito también una recomendación del matrimonio levirático (Dt. 25, 5), ya sea el levirato propiamente dicho, ya sea el levirato en sentido amplio, como es el de Booz con Rut.

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