13 septiembre 2010

Evangelios

 LA VIDA DE NUESTRO SEÑOR.
Podríamos decir que los evangelios son la biografia de nuestro Señor. Tomando los cuatro evangelios como un conjunto y usando una correlación, procuraremos obtener un cuadro de la vida terrena en conjunto, y localizar este o aquel incidente en su lugar en orden cronológico. Conocemos los evangelios de una forma fragmentaria. No podemos ver el bosque a causa de los árboles, y no tenemos el sentido de una perspectiva histórica del ministerio de Cristo. Los tres años se han dividido de modo sugestivo y exacto en el año de la oscuridad, el año del favor, y el año de la oposición. Con una «correlación» de los evangelios, los estudiantes corrientes pueden obtener toda la guía que necesiten.

LAS RELACIONES MUTUAS DE LOS EVANGELIOS.
Hemos visto en un capítulo anterior algo de los rasgos especiales de cada evangelio, pero, es necesario también que los veamos como un conjunto. ¡Cuatro Evangelios y un Señor! ¿Por qué? Porque hay cuatro imágenes distintas de su persona y su obra, por más que estén relacionadas. En la Iglesia primitiva se pensaba que las figuras de Ezequiel 1 y Apocalipsis 4:7, representaban o ilustraban a los cuatro evangelistas. Si tomamos el texto como una aplicación sólo, tenemos lo siguiente:
1.- El león-Mateo-realeza
2.- El becerro-Marcos-servicio
3.- El hombre-Lucas-la humanidad
4.- El águila-Juan-la divinidad

O podemos considerar cuatro pasajes que empiezan con «he aquí» y notar
1.- He aquí un rey. Isaías 32:1
2.- He aquí mi siervo. Isaías 42:1
3.- He aquí el hombre. Juan 19:5
4.- He aquí vuestro Dios. Isaías 40:19

El objetivo es único, pero sus métodos y aspectos difieren. Mateo demuestra; Marcos pinta Lucas declara; Juan describe. Mateo demuestra (basado en el Antiguo Testamento) la venida de un Salvador esperado; Marcos pinta la vida de un poderoso Salvador Lucas declara la gracia de un Salvador personal. Mateo es para los judíos, Marcos lo presenta desde el punto de vista romano, Lucas, es griego, y en Juan vemos el Salvador y Señor del creyente. Es interesante notar que de este modo representan el orden del desarrollo histórico y espiritual; y vale la pena recordar que el último hecho referido en relación con nuestro Señor en cada evangelio muestra también este orden verdadero de desarrollo:
1.- Mateo. La resurrección. 28:6
2.- Marcos. La ascensión. 16:19
3.- Lucas. La promesa del Espíritu. 24:49
4.- Juan. La segunda venida. 21-22

¿Es posible que esto sucediera por casualidad?
Si el conocimiento de los libros del Antiguo Testamento es importante, lo es mucho más conocer a fondo los del Nuevo. Ya hemos dado una mirada, a vista de pájaro, del Nuevo Testamento. Vamos ahora a considerar algunos de los libros con mayor detalle, dando unos pocos análisis como muestra de lo que se puede hacer con todos los libros.

MATEO
Presenta al Rey prometido a los Judios – para los judíos
Cada uno de los cuatro evangelios tiene su carácter y su propósito distintivos: los cuatro hablan de un sólo Cristo; son cuatro cuadros de un solo Maestro, cuatro retratos de un solo Señor. En cada evangelio hay que preguntar dos cosas: ¿Puedo descubrir su propósito? ¿Puedo hallar el plan sobre el cual es llevado a cabo este propósito? Consideremos el propósito de Mateo, tal como se revela en el capítulo. En el versículo 1 tenemos tres nombres íntimamente asociados: Jesús, David, Abraham. Al instante nos damos cuenta de la clave. Es un libro relacionado con los judíos. Al leerlo llegamos al versículo 22 donde la expresión "para que se cumpliese" nos da ahora la indicación. Es Un libro que relaciona a Jesús con el Antiguo Testamento. 

Esta frase y la expresión paralela «como está escrito» (2:5) se encuentra repetidas veces en Mateo, y deben ser notadas. El propósito, pues, es presentar a Jesús como el Mesías, El salvador de los judíos, el cumplimiento del Antiguo Testamento. Pero ¿cómo se cumple el propósito? ¿Hay algún plan en el libro? Hay marcas de una estructuración cuidadosa. Miremos en 4:17: "A partir de entonces", y en 16:21 "Desde entonces" (la misma frase en griego). estas dos expresiones dividen al evangelio en sus partes. Hasta 4:17, todo es introductorio; luego en 4:17 tenemos el relato del principio del ministerio. Notemos cuidadosamente que en esta sección (4:17-16:20) no tenemos ninguna referencia a la muerte; sólo las instrucciones generales del Señor y milagros. Pero en 16:21 hay una nueva frase. 

A partir de entonces Jesús empieza a revelar sus próxima muerte, los milagros son menos, y la revelación de la pasión se hace mas prominente. Así que tenemos nuestro análisis principal del evangelio
1.- Introducción hacia el ministerio 1:1-4:16.
2.- Principio del ministerio 4:17-16:20
3.- Ultima fase del ministerio 16:21-26-2
4.- Muerte y resurrección 26:3-28:20

Este es el plan general. Si damos una mirada más de cerca al libro hallamos una frase en forma casi idéntica en cinco lugares del evangelio. Véase 7:28; 11:1; 13:53; 19:1; 26:1. Estas frases se hallan cada una de ellas al concluir una sección de enseñanza, y podemos ver al instante que el evangelio de Mateo da una parte prominente a la enseñanza de nuestro Señor Si se estudian las cinco grandes secciones observaremos que representan un aspecto quíntuplo y un orden de enseñanza lleno de profundo interés, una quíntuplo proclamación del Reino. Esto debe ser estudiado cuidadosamente Es un rasgo especial del primer evangelio.

Luego, cuando seguimos leyendo podemos ver que los milagros suelen estar agrupados, así en el capítulo 8, aunque, en general, podemos decir que en Mateo se hace énfasis en las palabras de Jesús, no en sus obras.

Una vez más leemos este evangelio y notamos la frase «el reino de los cielos», que se encuentra por lo menos treinta y siete veces, y ni una en Marcos y Lucas, donde se habla del "Reino de Dios". Aquí hay otra indicación de nuestro Señor de fundar su reino. Así se nos hace ver por todo el, la grandeza y la gloria del Rey mesiánico en sus palabras y obras, hasta que al final del evangelio viene la proclamación de "todo poder" y la seguridad de su presencia perpetua.

MARCOS.
Exalta al hijo del Hombre, al siervo – Presenta el evangelio para el romano

Una vez que nos preguntamos sobre el propósito y vemos que se nos sugiere en el primer capítulo, en los primeros versículos. Aquí no hay nada de genealogías, ni datos de la infancia, sino que se nos introduce de modo abrupto en la vida y obra activa del Hijo de Dios. Al ir leyendo, esta impresión se va profundizando. 

Muy poco sobre la enseñanza de nuestro Señor, pero mucho sobre el servicio activo. Incluso así el plan general del evangelio está marcado por su contenido de modo muy semejante al de Mateo.
1.- Introducción al ministerio 1:1-4
2.- Primera fase del ministerio. 1:15-9:50
3.- Fase final del ministerio. 10:1-13:37
4.- Muerte y resurrección. 14:1-16:20

A la luz del énfasis que se hace en la actividad de nuestro Señor hemos de notar la frecuencia del uso de la palabra "inmediatamente" o sus equivalentes. Luego, como el secreto de esta actividad, nótese que ningún evangelio da tanta prominencia a los períodos de descanso o retiro de nuestro Señor de esta obra evangelizadora. Véase 1:35 y búsquense los otros.

LUCAS
Cristo: el humano-divino – Presenta el evangelio para el griego

Pasamos ahora al tercer evangelio y nos encontramos con un prefacio que afirma el propósito general del autor, pero no nos dice nada sobre su punto de vista. El primer capítulo, sin embargo, respira un espíritu muy humano y de simpatía. Sentimos que nos hallamos en medio de personas que viven vidas hermosas, y tenemos vistas de corazones y de hogares llenos de "dulzura y de luz". Así es también el capítulo 2, y al leer el capítulo 3, nos parece recoger una pista en la diferencia en la genealogía, comparándola con la de Mateo.

Allí se termina en Abraham. Aquí se llega a Adán. Ésta es nuestra clave. El tercer evangelio es el evangelio de nuestro Señor para la humanidad, tierno, amoroso, y nos lo pinta como el Hijo del hombre más bien que como el Hijo de David; y a medida que leemos con esta clave hallamos ilustración tras ilustración de este espíritu en la selección de los materiales. Algunas de las parábolas y gran parte de la enseñanza es así. Lucas es el evangelio del amor y la gracia para los descastados, los sufrientes, el samaritano, el pródigo. Leámoslo cuidadosamente y busquemos este punto a lo largo del mismo.

El material es ordenado conforme al mismo modo general de los evangelios precedentes:
1.- Introducción al ministerio. Capítulo 1-3
2.- Primera fase del ministerio. 4: 1-9: 50
3.- Fase final del ministerio. 9:51-19:48
4.- Muerte y resurrección. 20:1-24:53

Estos tres son los llamados "evangelios sinópticos", porque dan una sinopsis, o sea un bosquejo casi idéntico del ministerio de nuestro Señor. Están estructurados bajo el mismo plan general, lo cual es evidente a pesar de las características peculiares de cada uno.

JUAN
Cristo el eterno Redentor del mundo

El cuarto evangelio completa el cuadro cuádruplo de nuestro Señor. El propósito de este evangelio se afirma de modo claro en 20:31. Este versículo debería ser estudiado cuidadosamente. El evangelio tiene un propósito "se ha escrito para que" y este propósito es doble: llevar a la creencia en el Jesús histórico como Mesías e Hijo de Dios, y conducir, por medio de esta creencia, a la posesión de la vida. Considerando las siete palabras usadas en el versículo: Creer; Jesucristo; Hijo de Dios; tener; vida; en su nombre. Sobre ellas se edifica el evangelio. Ellas forman su sustancia.

Pero ¿tiene el evangelio un plan? Sin duda, porque su propósito es expresado mediante el plan. Este plan es la presentación de Cristo en aquellos aspectos que estimulan la fe. Estos materiales están seleccionados claramente y lo revelan.

Con todo, junto a esto hay el hecho evidente que no todos le reciben, y así el evangelio revela una creciente incredulidad, que culmina en su rechazo y en la crucifixión. Esta incredulidad se explica por la enraizada pecaminosidad del hombre y su consiguiente separación de Dios. Así estos tres elementos corren paralelos por el evangelio; revelación, recepción, rechazo. Se hallan en el prólogo; y se entretejen en cada capítulo.

Con esta doble clave de la creencia y la incredulidad, podemos ahora considerar el plan, y observemos cuán íntimamente se adhiere al propósito.
1.- Prologo, 1:1-18. Versículos 1-4, revelación; 5-11, rechazo; 12-18, recepción
2.- Revelación del Mesías 1:19-6:71. Los comienzos de la fe y la incredulidad
3.- Conflicto y desarrollo de la incredulidad en una hospitalidad activa junto al aumento en la fe, 7-12
4.- Desarrollo de la fe, 13-17
5.- Culminación de la incredulidad, 18-19
6.- Victoria de la fe, 20
7.- Epílogo, 21

De modo que, en el fundamento de las manifestaciones de Jesucristo, se presentan dos factores morales decisivos, de fe y de incredulidad. Vale la pena notar que el prólogo contiene un sumario de todo el evangelio.
1.- Capítulo 1:1-4, revelación = capítulo 1:19. Capítulo 6
2.- Capítulo 1:5-11, rechazo = capítulo 7. Capítulo 12
3.- Capítulo 1:12-18, recepción = capítulo 13. Capítulo 21

Hay una indicación significativa de este contraste entre fe y falta de fe en la fase "los suyos", que en 1:11 se refiere a la incredulidad, y en 13:1 a la creencia. Éstas son prácticamente las dos grandes secciones del evangelio.

Podemos notar también en el plan anterior, una estructura séptuple, y ver cómo la primera división contesta a la séptima, la segunda a la sexta, y la tercera a la quinta, dejando la central (Capítulos 13:17) como la almendra o núcleo dominante de todo el propósito: el crecimiento de la fe.

A partir de este bosquejo es posible y necesario entrar en un estudio detallado, y cuanto más minuciosa sea la consideración, más claramente se verán las glorias que revela este evangelio. Todo se hallará que sirve al propósito y forma parte del plan. Por este medio se puede obtener un conocimiento y fondo del contenido, y también un conocimiento del pensamiento en orden y continuidad. Esto será mucho más ventajoso que una mera serie o recuerdo de los capítulos aunque se titulen con los sucesos ocurridos en ellos. Una ayuda así puede ser útil y todo el que desee hacerla puede pensar en una cumbre con dos caminos uno hacia arriba y, en el otro lado, uno hacia abajo. Luego, tomando el capítulo central (capítulo 11) como la cumbre (el mayor milagro) es posible dirigirse hacia atrás, los diez primeros, o hacia el final, los diez últimos, para comprender mejor el contenido. Pero es básico también captar el orden del pensamiento y del contenido, y así seguir el maravilloso relato que da Juan de su Maestro y el nuestro.

Hemos entrado en más detalles en este evangelio debido a su gran importancia, pero nuestro interés es estimular las ideas, así que instamos a la lectura concienzuda del evangelio. Es necesario releerlo con frecuencia (podría llevarse en el bolsillo) y seguir hasta la gran culminación y la mayor confesión de fe: "Señor mío y Dios mío."

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